Si hablamos de bienestar subjetivo, hay dos formas realmente diferentes de verlo, y una es observar el estado de ánimo o el estado mental de las personas mientras viven su vida, y la otra es medir su satisfacción o su reacción emocional cuando piensan en su vida.
Ahora sabemos que estas dos son realmente bastante diferentes y son sensibles a diferentes factores. Entonces, las cosas que te hacen sentir satisfecho no necesariamente te hacen feliz.
Las personas tienen muy poca idea de cómo cambiarán sus gustos. Son susceptibles, en primer lugar, a lo que llamamos una ilusión de enfoque, y eso hace que sea prácticamente imposible pensar con claridad acerca de su propia vida.
Nada es tan importante como piensas que es mientras estás pensando en ello, por lo que el mero hecho de pensar en algo lo hace más importante de lo que será.
Entonces estás pensando, “¿Cuánto más feliz sería viviendo en California?” Y piensas que serías mucho más feliz. Bueno, no, no serás mucho más feliz.
“¿Cuánto más feliz sería si mi ingreso aumentara en un 30%?”, piensas mucho. No, no lo haría.
Así que prácticamente todo lo que la gente piensa, exagera su importancia. Si observamos la satisfacción con la vida y lo que hace que las personas estén satisfechas con sus vidas, la mayoría de ello tiene mucho que ver con las metas de las personas.
Cuando preguntamos a las personas cuán importante es el dinero para ellas cuando tienen 18 años y luego miramos sus ingresos a los 45 años, descubrimos que las personas que dijeron a los 18 años que el dinero no les importaba mucho, a los 45 años tampoco les importa mucho el dinero.
Así que la correlación entre sus ingresos y su satisfacción con la vida es realmente muy baja. Las personas que dijeron que el dinero es muy importante para ellas, aquellas que ganaron mucho dinero están realmente muy satisfechas con sus vidas, y aquellas que no ganaron mucho dinero están realmente muy miserables.
Entonces, las metas son muy importantes para la satisfacción con la vida.

Por ejemplo, si alguien está pensando en la posibilidad de mudarse a California y considera todas las ventajas y desventajas en ese momento, podría sobrevalorar el impacto positivo que tendría en su vida. Sin embargo, una vez que esté allí, es posible que se dé cuenta de que su felicidad no aumentó tanto como pensaba.
LA ILUSIÓN DE ENFOQUE
La “ilusión de enfoque” es un concepto que se refiere a la tendencia humana a sobrevalorar o dar excesiva importancia a un determinado aspecto o situación cuando estamos pensando o enfocándonos en ello en ese momento, aunque en realidad ese aspecto o situación no sea tan significativo en un contexto más amplio.
En otras palabras, cuando las personas experimentan la ilusión de enfoque, tienden a magnificar la importancia de algo solo porque están pensando en ello, y esto puede llevar a percepciones y juicios sesgados. Esta ilusión puede influir en nuestras decisiones y evaluaciones, ya que nos hace creer que lo que estamos considerando en un momento dado es más relevante de lo que realmente es en términos generales.
Por ejemplo, si alguien está pensando en la posibilidad de mudarse a California y considera todas las ventajas y desventajas en ese momento, podría sobrevalorar el impacto positivo que tendría en su vida. Sin embargo, una vez que esté allí, es posible que se dé cuenta de que su felicidad no aumentó tanto como pensaba.
La ilusión de enfoque puede llevar a una toma de decisiones subóptima, ya que nos hace prestar una atención desproporcionada a ciertos aspectos, lo que a menudo resulta en una percepción distorsionada de la realidad. Es importante ser consciente de esta tendencia y tratar de considerar los aspectos relevantes en un contexto más amplio para tomar decisiones más informadas y realistas.
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